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¿Es normal que tu reloj baje a la muñeca?
¿Es normal que tu reloj baje a la muñeca?

Si eres de los que usan reloj a diario, seguramente te habrás preguntado alguna vez si es normal que tu reloj baje a la muñeca. La respuesta corta es que sí, es normal y no tiene por qué ser un problema. Sin embargo, hay algunos factores que pueden influir en que tu reloj se deslice más o menos por tu brazo. En este artículo te explicamos cuáles son y cómo evitarlos.

¿Por qué tu reloj baja a la muñeca?

El principal motivo por el que tu reloj baja a la muñeca es porque la correa o el brazalete no están ajustados correctamente a tu medida. Esto puede deberse a que la correa es demasiado larga o ancha, o a que el brazalete tiene demasiados eslabones. En ese caso, lo más recomendable es que acudas a un profesional para que te ajuste la correa o el brazalete a tu medida exacta.

Otro factor que puede hacer que tu reloj baje a la muñeca es el peso del reloj. Los relojes más pesados tienden a deslizarse más fácilmente por el brazo, especialmente si realizas movimientos bruscos o levantas el brazo con frecuencia. Esto puede solucionarse eligiendo un reloj más ligero o equilibrando el peso con una correa o un brazalete más grueso.

Por último, también puede influir la forma de tu muñeca y de tu antebrazo. Algunas personas tienen la muñeca más estrecha o más redonda que otras, lo que hace que el reloj se mueva más o menos por el brazo. Además, algunas personas tienen el antebrazo más inclinado o más recto, lo que afecta al ángulo en el que se coloca el reloj. En estos casos, lo mejor es probar diferentes tipos de correas o brazaletes hasta encontrar el que mejor se adapte a tu anatomía.

¿Qué consecuencias tiene que tu reloj baje a la muñeca?

Que tu reloj baje a la muñeca no tiene por qué tener consecuencias negativas, siempre y cuando no te moleste o te incomode. De hecho, hay personas a las que les gusta llevar el reloj suelto y lo consideran una cuestión de estilo. Sin embargo, hay algunas situaciones en las que puede ser conveniente evitar que tu reloj baje a la muñeca:

  • Si tu reloj es muy valioso o delicado, puede sufrir daños al rozar con otros objetos o superficies.
  • Si tu reloj tiene funciones especiales, como cronómetro, pulsómetro o GPS, puede perder precisión al no estar en contacto directo con tu piel.
  • Si tu reloj es muy llamativo o vistoso, puede llamar la atención de posibles ladrones o malhechores.

¿Cómo evitar que tu reloj baje a la muñeca?

Si quieres evitar que tu reloj baje a la muñeca, hay algunas medidas que puedes tomar:

  • Ajusta bien la correa o el brazalete a tu medida. No debe quedar ni muy apretado ni muy suelto.
  • Elige un reloj adecuado a tu tamaño y peso. No debe ser ni muy grande ni muy pequeño.
  • Prueba diferentes tipos de correas o brazaletes. Puede haber alguno que se adapte mejor a tu forma de muñeca y antebrazo.
  • Cambia de posición el reloj según la actividad que realices. Puedes subirlo más hacia el codo si vas a hacer ejercicio o bajarlo más hacia la mano si vas a escribir o usar el ordenador.
7 errores que están matando tu reloj mecánico (y cómo evitarlos ya)
7 errores que están matando tu reloj mecánico (y cómo evitarlos ya)

Puede que tu reloj funcione perfectamente hoy… pero ¿qué pasará en 3 años si no lo cuidas como se merece? Un reloj mecánico no es solo una máquina: es una pieza de arte en movimiento, con engranajes que laten como un corazón. Y como todo corazón, necesita cuidados. Aquí te contamos los errores más comunes que pueden acortar su vida útil (y cómo solucionarlos ya mismo).

 

1. Guardarlo cerca de imanes

Los campos magnéticos pueden interferir directamente con los componentes metálicos del escape y del volante, dos de las piezas más sensibles del mecanismo. Cuando esto sucede, el reloj puede adelantar, atrasar o incluso detenerse.

Muchos objetos cotidianos como altavoces, móviles, tablets, bolsos con cierres imantados o incluso algunos muebles pueden emitir campos magnéticos capaces de afectar la precisión de tu reloj. La solución es sencilla pero crucial: almacena tu reloj en un lugar sin fuentes de magnetismo y, si viajas, lleva una caja protectora adecuada.

Algunas marcas incluyen protección antimagnética en sus movimientos, como el Ball Engineer III, que están diseñados para resistir entornos industriales o situaciones extremas. Elegir bien también es cuidar bien.

 

2. No darle cuerda si no lo usas

Un reloj mecánico automático funciona gracias al movimiento del rotor, que se activa con el movimiento de tu muñeca. Si no lo usas durante mucho tiempo, los aceites internos que lubrican las piezas pueden estancarse o deteriorarse, provocando un desgaste acelerado al volver a usarlo.

Si tienes varios relojes o simplemente no usas uno con frecuencia, lo ideal es darle cuerda manualmente al menos una vez cada dos semanas. Otra opción más avanzada es usar un winder, un dispositivo que mantiene el reloj en movimiento para evitar que se detenga. Esto no solo alarga la vida útil, también mantiene la precisión.

Recuerda: un reloj parado no se conserva mejor. Se deteriora en silencio.

 

3. Ajustar la fecha en el momento equivocado

Una de las averías más comunes en los calendarios de relojes mecánicos ocurre al ajustar la fecha durante las horas de cambio automático. Entre las 21:00 y las 3:00, el mecanismo interno comienza su transición para cambiar la fecha, y forzarlo en ese momento puede dañar irremediablemente las ruedas del calendario.

La regla de oro es simple: si vas a ajustar la fecha, mueve primero las agujas a una hora segura (por ejemplo, las 6:00). Luego, ajusta la fecha con tranquilidad. Este pequeño gesto puede evitarte una reparación costosa.

Conocer el funcionamiento del mecanismo de calendario no solo previene fallos, también fortalece el vínculo con tu reloj: sabes cómo vive y respira.

 

4. Mojarlo sin saber si es hermético

Muchos usuarios creen que todos los relojes mecánicos aguantan el agua. La realidad es que la resistencia al agua depende de la construcción del reloj y su sistema de sellado. Incluso un modelo con 5 ATM (50 metros) no está hecho para nadar o ducharse con él.

Antes de mojar tu reloj, revisa su nivel de resistencia (medido en ATM o metros). Y si hace años que no lo revisas, sus juntas pueden haber perdido efectividad. Marcas como Vostok Europe ofrecen modelos especializados en buceo, pero incluso estos deben someterse a controles periódicos.

Evitar la humedad es evitar la corrosión, el empañamiento del cristal y el deterioro del movimiento interno.

 

 

5. Exponerlo a golpes innecesarios

Aunque muchos relojes actuales tienen cierta resistencia al impacto, no están diseñados para absorber vibraciones intensas como las de un martillo, una caída fuerte o un deporte de contacto. Golpes fuertes pueden desajustar el volante o dañar el eje del rotor.

¿Qué hacer? Simple: antes de hacer ejercicio, bricolaje o cualquier actividad brusca, quítate el reloj. Y si tu estilo de vida requiere un reloj robusto, elige marcas como Luminox, fabricadas para resistir lo que un reloj tradicional no puede.

Un reloj puede ser compañero de aventuras, sí, pero debe ser el adecuado para cada tipo de aventura.

 

 

6. Descuidar su mantenimiento

Un reloj mecánico es como un coche clásico: necesita revisiones periódicas para seguir funcionando con precisión. Lubricación, limpieza ultrasónica, verificación del hermetismo y ajuste del calibre son tareas que deben realizarse cada 3-5 años, dependiendo del uso.

Ignorar este mantenimiento puede derivar en daños internos graves. Y aunque el reloj funcione aparentemente bien, puede estar sufriendo desgaste acelerado. En Iguana, podemos orientarte sobre los servicios oficiales recomendados por cada marca.

Invertir en mantenimiento es prolongar el alma de tu reloj. Y mantener su valor.

 

 

7. No limpiarlo nunca

Sudor, polvo, grasa… con el tiempo, todo eso se acumula entre los eslabones del brazalete, en la parte trasera de la caja, e incluso en la corona. Esta suciedad puede afectar el ajuste de la correa, deteriorar los materiales y provocar irritación en la piel.

Límpialo regularmente con un paño suave de microfibra. Si tiene brazalete metálico, puedes usar un cepillo de cerdas blandas y agua jabonosa tibia (nunca caliente). Asegúrate de que el reloj tenga al menos 5 ATM antes de mojarlo, y evita siempre productos abrasivos.

Un reloj limpio no solo luce impecable. También funciona mejor.

Cuídalo como se merece

Un reloj mecánico bien cuidado puede durar generaciones. No es cuestión de suerte, sino de mimo. Dedícale unos minutos cada semana… y te devolverá décadas de precisión y belleza.

TODO LO QUE NECESITAS SABER SOBRE UN RELOJ DE CUARZO
TODO LO QUE NECESITAS SABER SOBRE UN RELOJ DE CUARZO

Los relojes de cuarzo, a pesar de los deseos de muchos fanáticos de la relojería, son muy populares. Quizás por la gran precisión con la que miden el tiempo y porque aunque funcionen de forma diferente, requieren menos mantenimiento técnico que un reloj mecánico. Por lo general, el precio inferior a sus homólogos mecánicos o de cuerda manual, es posible que influya también en la ecuación

Hoy en día es cada vez más común encontrar relojes regulados a través de este sistema, e incluso algunas de las marcas de relojeria de lujo con más prestigio se han unido al tren o revolución del cuarzo, lanzando piezas con este característico funcionamiento.
Sin embargo, lo cierto es que su desarrollo es relativamente reciente. De hecho, aunque Hamilton  presentó el primer reloj eléctrico de consumo en 1957, el primer reloj de cuarzo comercial fue el seiko Quartz Astron 35SQ, que se puso a la venta en las Navidades de 1969.

Por ello, no es de extrañar que aún mucha gente desconozca qué es y cómo funciona un reloj de cuarzo y no haya sido partícipe del cisma que trajo la aparición de este tipo de mecanismos.

Así que profundicemos un poco más en lo que es un reloj de cuarzo, como funciona y las claves de la maquinaria.

 

¿Qué es un reloj de cuarzo?

Un reloj de cuarzo es un reloj en el que los impulsos regulares que permiten medir el tiempo son generados por un cristal de este mineral. Esto es posible porque el cristal de cuarzo, al que se le suele dar una forma parecida a la de un diapasón, vibra cuando se le aplica una corriente eléctrica.

Este sistema tiene una gran cantidad de ventajas. Para empezar, asegura una gran precisión en la medición del tiempo. Además, permite que la fabricación de los relojes sea considerablemente más económica.
La tecnología de este tipo de relojes es tan sencilla, que incluso relojes inteligentes usan el cuarzo para el conteo analógico, añadiendo más tarde el funcionamiento extra de un reloj de estas características como; podómetro, medición de pulsaciones, calendario, etc.

 

¿Cómo funciona un reloj de cuarzo?

El funcionamiento de un reloj de cuarzo es bastante sencillo. En primer lugar, cuenta con una fuente de energía a partir de la cual se genera una corriente eléctrica. Esta fuente de energía generalmente suele ser una pila de botón, un acumulador o una pequeña batería.

La aplicación de la corriente eléctrica sobre una lámina de cuarzo provoca la vibración del cristal de cuarzo con una frecuencia regular, normalmente a 32.768 pulsaciones por segundo, gracias la invención de  en 1971 el calibre 350.

A este fenómeno físico se le denomina efecto piezoeléctrico inverso. La vibración de esta pieza de cuarzo genera, a su vez, una nueva corriente eléctrica con la misma frecuencia y cuya medición, en última instancia, permite medir el tiempo.

La frecuencia natural a la que vibra un cristal de cuarzo depende de su forma y de su tamaño, lo cual permite que el fabricante elija la que más le convenga.

 

 

Maquinaria del reloj de cuarzo

Como hemos visto, la maquinaria interna de un reloj de cuarzo es bastante simple, sobre todo en comparación con la de un reloj mecánico. Así, integra una pila o batería, una pieza de cuarzo y un circuito eléctrico.

Tanto si se trata de un reloj analógico como digital, su maquinaria externa no difiere de la de los relojes mecánicos o automáticos. En el caso de los modelos analógicos, estos cuentan con un conjunto de agujas que se mueven gracias a una serie de ejes y engranajes. Los relojes de cuarzo digitales, por su parte, disponen de una pantalla digital.

 

 

Entonces… ¿Qué significa que un reloj sea de cuarzo?

Que un reloj sea de cuarzo significa que cuenta con una pieza de cuarzo en su interior con la que se mide el tiempo.

Por supuesto, los relojes de cuarzo pueden ser digitales o analógicos. En la actualidad, hay desde modelos muy económicos hasta relojes de cuarzo de alta gama diseñados por las marcas de lujo más exclusivas.

Principales diferencias entre un reloj de cuarzo y uno automático
Las principales diferencias entre un reloj de cuarzo y uno mecánico/automático son la forma en la que se mide el tiempo y la energía que favorece el movimiento, aparte claro está, del mecanismo que compone el mismo.

En el caso de los relojes de cuarzo, como ya hemos comentado, se utiliza el movimiento del cuarzo para medir el tiempo. Esto hace que sean relojes muy precisos, ya que su frecuencia es de 32.768 Hz (hercios), mayor que las de los automáticos que llega a ser de 5 Hz.
En los relojes de cuarzo, la energía que da vida al reloj suele provenir de una pila, batería y, en algunos casos, de células solares. En cambio, los automáticos utilizan la energía cinética de la muñeca para alimentar el mecanismo del reloj.

Además los relojes mecánicos están compuesto de cientos o miles de piezas dependiendo de las “complicaciones” que lleve el reloj en cuestión, lo que supone mayor mantenimiento a largo plazo además de mayor complejidad en el mismo.

En los relojes mecánicos o automáticos se debe acudir siempre a un  para el mantenimiento del mismo, cuando en un reloj de cuarzo puedes recibir asistencia en cualquier taller de relojería rápida. (Aunque en muchísimo casos se pierde el hermetismo si existiera, por lo que desde El Cronómetro, os recomendamos acudir siempre a talleres de relojería autorizados por la marca)