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Tourbillon de un reloj: qué es y cómo funciona
Tourbillon de un reloj: qué es y cómo funciona

En el mundo de la relojería el objetivo más perseguido es la precisión. Cada segundo cuenta, incluso iríamos más allá, cada décima o cada centésima de segundo es importante. Resulta vital confeccionar cronógrafos que sean muy exactos y concretos en su funcionamiento, y esto es algo que se consigue a través de mecanismos muy cuidados. 

Antes de nada, me gustaría aclarar que estamos hablando siempre de relojes mecánicos y no de cuarzo, donde la precisión viene dada por la complejidad del mecanismo mecánico. Como debes saber, los relojes de cuarzo son ya de por sí muy precisos, porque la precisión la marca la frecuencia de oscilación del cuarzo al pasar por el mismo una corriente eléctrica.

Uno de los componentes que más ayuda en esta tarea es el tourbillon en un reloj, una pequeña pieza solo destinada a modelos de alta gama. Te contamos con todo detalle qué es el tourbillon en un reloj y qué utilidad tiene.

 

Qué es el tourbillon en un reloj

El tourbillon es un mecanismo que consigue que los relojes sean más precisos y ofrezcan una lectura del tiempo con mayor grado de exactitud. Solo está presente en los relojes mecánicos y está conformado por un pequeño compartimento del tamaño de una moneda de un céntimo en el que se alojan una espiral, una rueda de escape, el áncora y el volante.

La palabra tourbillon procede del francés, y se puede traducir como torbellino. Sin embargo, su función en el reloj no tiene nada que ver con este fenómeno meteorológico. De manera práctica, este mecanismo marca la diferencia entre un reloj al uso y uno de gran valor.

El hecho de que haya muchos relojes que no lo incluyen demuestra que no es un mecanismo imprescindible para el funcionamiento del reloj, pero lo que también queda fuera de toda duda es que su presencia garantiza una mejor lectura del tiempo, mucho más precisa.

 

Para qué sirve el tourbillon en los relojes

Este mecanismo fue desarrollado por Abraham-Louis Breguet a finales del siglo XVIII. El relojero suizo inventó una pieza capaz de compensar los errores de precisión causados por la fuerza de la gravedad en los movimientos de los relojes mecánicos.

Así, ya podemos intuir para qué sirve el tourbillon. El término en francés, además de torbellino, puede traducirse por remolino, y quizás este término se ajuste mejor a la funcionalidad del mecanismo, pues hace referencia al movimiento giratorio propio del tourbillon.

La pieza busca reforzar la precisión en las lecturas del tiempo, promediando los errores derivados de las posiciones del reloj durante el día. El mecanismo consigue que el reloj rote de manera constante y así se compensan las variaciones que aparecen como consecuencia de la gravedad.

Los relojes mecánicos que no tienen tourbillon también ofrecen lecturas precisas, pero con el tiempo se van desajustando. En esencia, esta pieza cumple una función técnica, pero también actúa como elemento diferenciador, y es que los fabricantes solo la incluyen en sus modelos más cotizados.

A su vez, muchas firmas aprovechan esta característica para diseñar esferas transparentes o abiertas que dejan ver el funcionamiento del tourbillon en todo su esplendor. Actualmente, este mecanismo está conformado en los relojes más costosos por unas 70 piezas.

 

La explicación en profundidad

De manera somera nos basta con saber que el volante y el escape giran alrededor de su eje en un ciclo constante, los 60 segundos que tarda el segundero en completar el giro de 360 grados. 

Pero si queremos ir más allá, diremos que el escape es la pieza que regula la liberación de la energía almacenada en el resorte principal. Por su parte, el volante oscila hacia adelante y hacia atrás, dividiendo el tiempo en intervalos regulares.

Los dos elementos van anclados en la jaula giratoria y es esta la que rota alrededor de su propio eje. Por lo general, la rotación es de 360 grados por minuto, aunque puede variar. La rotación constante del tourbillon ayuda a eliminar las posibles imprecisiones del reloj.

Para hacernos una idea de cómo funciona este mecanismo, debemos imaginarlo como un movimiento coreográfico en el que cada pieza ejerce una función clave que asegura que los errores en la posición del reloj se ven compensados con el tiempo.

Actualmente, el tourbillon en un reloj no es algo muy común y solo está presente en modelos de alta gama. Esos fallos en la lectura del tiempo se han corregido con mecanismos más avanzados, por lo que recurrir a este extra, dada la complejidad de su manufactura, se debe ver como un símbolo de estatus.

Si estás pensando en invertir en relojes, un reloj con tourbillon es una de las mejores inversiones que puedes hacer.

7 errores que están matando tu reloj mecánico (y cómo evitarlos ya)
7 errores que están matando tu reloj mecánico (y cómo evitarlos ya)

Puede que tu reloj funcione perfectamente hoy… pero ¿qué pasará en 3 años si no lo cuidas como se merece? Un reloj mecánico no es solo una máquina: es una pieza de arte en movimiento, con engranajes que laten como un corazón. Y como todo corazón, necesita cuidados. Aquí te contamos los errores más comunes que pueden acortar su vida útil (y cómo solucionarlos ya mismo).

 

1. Guardarlo cerca de imanes

Los campos magnéticos pueden interferir directamente con los componentes metálicos del escape y del volante, dos de las piezas más sensibles del mecanismo. Cuando esto sucede, el reloj puede adelantar, atrasar o incluso detenerse.

Muchos objetos cotidianos como altavoces, móviles, tablets, bolsos con cierres imantados o incluso algunos muebles pueden emitir campos magnéticos capaces de afectar la precisión de tu reloj. La solución es sencilla pero crucial: almacena tu reloj en un lugar sin fuentes de magnetismo y, si viajas, lleva una caja protectora adecuada.

Algunas marcas incluyen protección antimagnética en sus movimientos, como el Ball Engineer III, que están diseñados para resistir entornos industriales o situaciones extremas. Elegir bien también es cuidar bien.

 

2. No darle cuerda si no lo usas

Un reloj mecánico automático funciona gracias al movimiento del rotor, que se activa con el movimiento de tu muñeca. Si no lo usas durante mucho tiempo, los aceites internos que lubrican las piezas pueden estancarse o deteriorarse, provocando un desgaste acelerado al volver a usarlo.

Si tienes varios relojes o simplemente no usas uno con frecuencia, lo ideal es darle cuerda manualmente al menos una vez cada dos semanas. Otra opción más avanzada es usar un winder, un dispositivo que mantiene el reloj en movimiento para evitar que se detenga. Esto no solo alarga la vida útil, también mantiene la precisión.

Recuerda: un reloj parado no se conserva mejor. Se deteriora en silencio.

 

3. Ajustar la fecha en el momento equivocado

Una de las averías más comunes en los calendarios de relojes mecánicos ocurre al ajustar la fecha durante las horas de cambio automático. Entre las 21:00 y las 3:00, el mecanismo interno comienza su transición para cambiar la fecha, y forzarlo en ese momento puede dañar irremediablemente las ruedas del calendario.

La regla de oro es simple: si vas a ajustar la fecha, mueve primero las agujas a una hora segura (por ejemplo, las 6:00). Luego, ajusta la fecha con tranquilidad. Este pequeño gesto puede evitarte una reparación costosa.

Conocer el funcionamiento del mecanismo de calendario no solo previene fallos, también fortalece el vínculo con tu reloj: sabes cómo vive y respira.

 

4. Mojarlo sin saber si es hermético

Muchos usuarios creen que todos los relojes mecánicos aguantan el agua. La realidad es que la resistencia al agua depende de la construcción del reloj y su sistema de sellado. Incluso un modelo con 5 ATM (50 metros) no está hecho para nadar o ducharse con él.

Antes de mojar tu reloj, revisa su nivel de resistencia (medido en ATM o metros). Y si hace años que no lo revisas, sus juntas pueden haber perdido efectividad. Marcas como Vostok Europe ofrecen modelos especializados en buceo, pero incluso estos deben someterse a controles periódicos.

Evitar la humedad es evitar la corrosión, el empañamiento del cristal y el deterioro del movimiento interno.

 

 

5. Exponerlo a golpes innecesarios

Aunque muchos relojes actuales tienen cierta resistencia al impacto, no están diseñados para absorber vibraciones intensas como las de un martillo, una caída fuerte o un deporte de contacto. Golpes fuertes pueden desajustar el volante o dañar el eje del rotor.

¿Qué hacer? Simple: antes de hacer ejercicio, bricolaje o cualquier actividad brusca, quítate el reloj. Y si tu estilo de vida requiere un reloj robusto, elige marcas como Luminox, fabricadas para resistir lo que un reloj tradicional no puede.

Un reloj puede ser compañero de aventuras, sí, pero debe ser el adecuado para cada tipo de aventura.

 

 

6. Descuidar su mantenimiento

Un reloj mecánico es como un coche clásico: necesita revisiones periódicas para seguir funcionando con precisión. Lubricación, limpieza ultrasónica, verificación del hermetismo y ajuste del calibre son tareas que deben realizarse cada 3-5 años, dependiendo del uso.

Ignorar este mantenimiento puede derivar en daños internos graves. Y aunque el reloj funcione aparentemente bien, puede estar sufriendo desgaste acelerado. En Iguana, podemos orientarte sobre los servicios oficiales recomendados por cada marca.

Invertir en mantenimiento es prolongar el alma de tu reloj. Y mantener su valor.

 

 

7. No limpiarlo nunca

Sudor, polvo, grasa… con el tiempo, todo eso se acumula entre los eslabones del brazalete, en la parte trasera de la caja, e incluso en la corona. Esta suciedad puede afectar el ajuste de la correa, deteriorar los materiales y provocar irritación en la piel.

Límpialo regularmente con un paño suave de microfibra. Si tiene brazalete metálico, puedes usar un cepillo de cerdas blandas y agua jabonosa tibia (nunca caliente). Asegúrate de que el reloj tenga al menos 5 ATM antes de mojarlo, y evita siempre productos abrasivos.

Un reloj limpio no solo luce impecable. También funciona mejor.

Cuídalo como se merece

Un reloj mecánico bien cuidado puede durar generaciones. No es cuestión de suerte, sino de mimo. Dedícale unos minutos cada semana… y te devolverá décadas de precisión y belleza.

TODO LO QUE NECESITAS SABER SOBRE UN RELOJ DE CUARZO
TODO LO QUE NECESITAS SABER SOBRE UN RELOJ DE CUARZO

Los relojes de cuarzo, a pesar de los deseos de muchos fanáticos de la relojería, son muy populares. Quizás por la gran precisión con la que miden el tiempo y porque aunque funcionen de forma diferente, requieren menos mantenimiento técnico que un reloj mecánico. Por lo general, el precio inferior a sus homólogos mecánicos o de cuerda manual, es posible que influya también en la ecuación

Hoy en día es cada vez más común encontrar relojes regulados a través de este sistema, e incluso algunas de las marcas de relojeria de lujo con más prestigio se han unido al tren o revolución del cuarzo, lanzando piezas con este característico funcionamiento.
Sin embargo, lo cierto es que su desarrollo es relativamente reciente. De hecho, aunque Hamilton  presentó el primer reloj eléctrico de consumo en 1957, el primer reloj de cuarzo comercial fue el seiko Quartz Astron 35SQ, que se puso a la venta en las Navidades de 1969.

Por ello, no es de extrañar que aún mucha gente desconozca qué es y cómo funciona un reloj de cuarzo y no haya sido partícipe del cisma que trajo la aparición de este tipo de mecanismos.

Así que profundicemos un poco más en lo que es un reloj de cuarzo, como funciona y las claves de la maquinaria.

 

¿Qué es un reloj de cuarzo?

Un reloj de cuarzo es un reloj en el que los impulsos regulares que permiten medir el tiempo son generados por un cristal de este mineral. Esto es posible porque el cristal de cuarzo, al que se le suele dar una forma parecida a la de un diapasón, vibra cuando se le aplica una corriente eléctrica.

Este sistema tiene una gran cantidad de ventajas. Para empezar, asegura una gran precisión en la medición del tiempo. Además, permite que la fabricación de los relojes sea considerablemente más económica.
La tecnología de este tipo de relojes es tan sencilla, que incluso relojes inteligentes usan el cuarzo para el conteo analógico, añadiendo más tarde el funcionamiento extra de un reloj de estas características como; podómetro, medición de pulsaciones, calendario, etc.

 

¿Cómo funciona un reloj de cuarzo?

El funcionamiento de un reloj de cuarzo es bastante sencillo. En primer lugar, cuenta con una fuente de energía a partir de la cual se genera una corriente eléctrica. Esta fuente de energía generalmente suele ser una pila de botón, un acumulador o una pequeña batería.

La aplicación de la corriente eléctrica sobre una lámina de cuarzo provoca la vibración del cristal de cuarzo con una frecuencia regular, normalmente a 32.768 pulsaciones por segundo, gracias la invención de  en 1971 el calibre 350.

A este fenómeno físico se le denomina efecto piezoeléctrico inverso. La vibración de esta pieza de cuarzo genera, a su vez, una nueva corriente eléctrica con la misma frecuencia y cuya medición, en última instancia, permite medir el tiempo.

La frecuencia natural a la que vibra un cristal de cuarzo depende de su forma y de su tamaño, lo cual permite que el fabricante elija la que más le convenga.

 

 

Maquinaria del reloj de cuarzo

Como hemos visto, la maquinaria interna de un reloj de cuarzo es bastante simple, sobre todo en comparación con la de un reloj mecánico. Así, integra una pila o batería, una pieza de cuarzo y un circuito eléctrico.

Tanto si se trata de un reloj analógico como digital, su maquinaria externa no difiere de la de los relojes mecánicos o automáticos. En el caso de los modelos analógicos, estos cuentan con un conjunto de agujas que se mueven gracias a una serie de ejes y engranajes. Los relojes de cuarzo digitales, por su parte, disponen de una pantalla digital.

 

 

Entonces… ¿Qué significa que un reloj sea de cuarzo?

Que un reloj sea de cuarzo significa que cuenta con una pieza de cuarzo en su interior con la que se mide el tiempo.

Por supuesto, los relojes de cuarzo pueden ser digitales o analógicos. En la actualidad, hay desde modelos muy económicos hasta relojes de cuarzo de alta gama diseñados por las marcas de lujo más exclusivas.

Principales diferencias entre un reloj de cuarzo y uno automático
Las principales diferencias entre un reloj de cuarzo y uno mecánico/automático son la forma en la que se mide el tiempo y la energía que favorece el movimiento, aparte claro está, del mecanismo que compone el mismo.

En el caso de los relojes de cuarzo, como ya hemos comentado, se utiliza el movimiento del cuarzo para medir el tiempo. Esto hace que sean relojes muy precisos, ya que su frecuencia es de 32.768 Hz (hercios), mayor que las de los automáticos que llega a ser de 5 Hz.
En los relojes de cuarzo, la energía que da vida al reloj suele provenir de una pila, batería y, en algunos casos, de células solares. En cambio, los automáticos utilizan la energía cinética de la muñeca para alimentar el mecanismo del reloj.

Además los relojes mecánicos están compuesto de cientos o miles de piezas dependiendo de las “complicaciones” que lleve el reloj en cuestión, lo que supone mayor mantenimiento a largo plazo además de mayor complejidad en el mismo.

En los relojes mecánicos o automáticos se debe acudir siempre a un  para el mantenimiento del mismo, cuando en un reloj de cuarzo puedes recibir asistencia en cualquier taller de relojería rápida. (Aunque en muchísimo casos se pierde el hermetismo si existiera, por lo que desde El Cronómetro, os recomendamos acudir siempre a talleres de relojería autorizados por la marca)

TIPOS DE CRISTALES EN RELOJES
TIPOS DE CRISTALES EN RELOJES

Clasificación de cristales para relojes

Existen tres grandes categorías de cristales que se utilizan comúnmente en relojería, además de varias combinaciones avanzadas que veremos más adelante:

  • Cristal acrílico o Plexiglás
  • Cristal mineral
  • Cristal de zafiro

Además, algunos fabricantes innovan mezclando materiales para mejorar las características de cada cristal. Vamos a analizar cada tipo con mayor profundidad:

Cristal acrílico o plexiglás

El cristal acrílico, también conocido como Plexiglás, es un material plástico que destaca por su flexibilidad y resistencia a roturas. Sin embargo, se raya fácilmente, lo que lo hace menos duradero en términos de apariencia. Está entre el 3 y 4 en la escala de Mohs, que mide la dureza de los materiales.

Este tipo de cristal es común en relojes de bajo costo y algunos relojes de buceo. Lo positivo es que, al ser fácil de pulir, un reloj con cristal acrílico puede recuperar su aspecto sin mayores complicaciones.

Cristal mineral

El cristal mineral es uno de los más populares en relojería, especialmente en relojes de gama media. Se trata de un cristal hecho de arena de cuarzo fundida, lo que le otorga una dureza de 5-6 en la escala de Mohs. Es más resistente a los arañazos que el acrílico, pero cuando se raya, es difícil pulirlo, por lo que generalmente se opta por reemplazarlo.

Cristal de zafiro

El cristal de zafiro es sin duda el más resistente a los arañazos, con una puntuación de 9 en la escala de Mohs, solo superado por el diamante. Este tipo de cristal es ultra transparente y se utiliza principalmente en relojes de gama alta debido a su precio y durabilidad. Sin embargo, su rigidez también lo hace más propenso a romperse por golpes fuertes.

Hoy en día, es posible encontrar relojes con zafiro sintético, lo que ha reducido su costo, permitiendo que marcas más accesibles lo utilicen en algunos de sus modelos.

Cristales especiales y combinados

Con el avance tecnológico, varios fabricantes han creado cristales híbridos que buscan combinar las mejores características de los cristales tradicionales:

Cristal Hardlex

El cristal Hardlex es una versión mejorada del cristal mineral, desarrollado por Seiko. Tiene una dureza de 7 en la escala de Mohs, lo que lo hace más resistente que el cristal mineral estándar, pero sin llegar al nivel del zafiro. Se utiliza en muchos relojes de aventura y buceo de Seiko, ya que ofrece un equilibrio entre resistencia a golpes y arañazos.

Cristal Sapphlex

Otro desarrollo de Seiko es el cristal Sapphlex, que combina capas de zafiro y cristal mineral. La intención era ofrecer la resistencia a los arañazos del zafiro y la durabilidad del cristal mineral. Sin embargo, con el tiempo, este tipo de cristal cayó en desuso debido a problemas con la deslaminación de las capas.

Cristal FlameFusion

Este cristal, es una fusión de cristal mineral y zafiro a altas temperaturas. El resultado es un cristal que combina lo mejor de ambos materiales: alta resistencia a arañazos y flexibilidad para soportar golpes, sin los problemas de separación de capas que presentaba el Sapphlex.

Cristal Krysterna

El cristal Krysterna es otra opción interesante, desarrollada por la marca Stührling. Es un cristal especialmente diseñado para ofrecer una buena resistencia a arañazos y durabilidad, colocándose cerca del zafiro en cuanto a dureza (alrededor de 8 en la escala de Mohs).

Cómo elegir el mejor cristal para tu reloj

La elección del cristal adecuado depende del uso que vayas a darle al reloj:

  • Para relojes de lujo, el cristal de zafiro es siempre la mejor opción por su resistencia a arañazos y estética.
  • Si buscas un reloj para actividades al aire libre o deportes, el cristal Hardlex o FlameFusion son opciones ideales por su combinación de resistencia a golpes y arañazos.
  • En relojes de gama media, el cristal mineral ofrece una buena relación entre precio y durabilidad, pero debes tener en cuenta su susceptibilidad a arañazos profundos.

Desgraciadamente, salvo en contadas ocasiones, no puedes elegir el mismo reloj con un cristal diferente, por lo que el tipo de cristal que lleva el reloj, puede llegar a ser determinante a la hora de elegir un modelo u otro.

Qué es el taquímetro de un reloj y para qué sirve
Qué es el taquímetro de un reloj y para qué sirve

Este instrumento no es más que un dispositivo que sirve para medir con precisión la velocidad de un objeto en un tiempo determinado.

La herramienta se utiliza para comprobar cómo de rápido se mueven principalmente vehículos terrestres, marítimos o aéreos, así como deportistas, en todo tipo de disciplinas que implican desplazamiento. Su diseño está pensado sobre todo para medir el tiempo a velocidades altas.

COMO FUNCIONA EL TAQUIMETRO DE UN RELOJ

Como señalamos, un reloj con taquímetro permite medir la velocidad y la distancia recorrida, aunque en ambos casos hay que conocer el otro parámetro, la distancia recorrida para saber la velocidad, o bien mantener una velocidad constante para conocer la distancia. Digamos pues que funciona como una calculadora que ya tiene la operación necesaria pre-programada.

Si queremos medir la velocidad, por ejemplo un kilómetro, basta con activar el cronógrafo al comenzar el recorrido y frenar cuando se completa esa distancia. La manecilla del reloj apuntará en la escala taquimétrica la velocidad que llevamos.

Si vas conduciendo, puedes iniciar el cronógrafo al pasar por un mojón kilométrico en la carretera y pararlo cuando llegues a la siguiente señal. La manecilla del reloj apuntará en la escala taquimétrica la velocidad media que has alcanzado durante ese kilómetro.

Los deportistas pueden hacer lo propio si conocen qué distancia tiene la ruta que hacen. Un ejemplo son las pistas de atletismo, que si son olímpicas tienen una distancia de 400 metros. La dinámica es la misma, comenzar el cronógrafo al iniciar la carrera y finalizarlo cuando se complete la vuelta a la pista

 

 

Diferencia entre Cronómetro y Cronógrafo
Diferencia entre Cronómetro y Cronógrafo

Muchas veces damos por válidas cosas que ni nos hemos parado a pensar ni tampoco nos hemos parado a averiguar…

 

Así que por fin, vas a poder descubrir su diferencia:

 

El Cronógrafo registra gráficamente el transcurso del tiempo. Es decir, se trata de medir el tiempo entre 2 intervalos!

El Cronómetro se podría definir como un nivel más elevado de precisión de los Cronógrafos!

El cronómetro también mide el intervalo entre 2 tiempos pero su diferencia es que su precisión ha sido comprobada y validada por la COSC

Esta organización se encarga de certificar los calibres y mecanismos de los cronómetros para validar que son tan precisos como su estándares indican.